SF revisited III: Union Square

Union Square

Union Square es una plaza en Downtown San Francisco que es un núcleo importante de actividad comercial. En los alrededores de la plaza hay infinidad de tiendas y la plaza en sí suele ser el escenario de desfiles y actos sociales.

Lo primero que me llamó la atención de la plaza fue la columna que se alza en su centro, coronada por una estatua de una mujer con un tridente. Al preguntar a los nativos sobre la estatua y hacer mis propias indagaciones en los internets, se reveló una interesante historia, a la que os introduciré hoy.

La estatua es una representación de la victoria y esta «columna de la victoria» fue erguida en 1901 para conmemorar la victoria del Comodoro George Dewey (que más tarde obtendría el rango de Almirante) por su victoria en la Batalla de la Bahía de Manila (1898) durante la Guerra hispano-estadounidense. El nombre oficial de este monumento es  «el monumento Dewey«.

La estatua en sí, obra del escultor Robert Ingersoll Aitken (1878-1949), fue modelada a imagen de la Sra. Alma de Bretteville Spreckels. Y precisamente de la Señora Spreckels os seguiré hablando la semana que viene.

Referencias: «The Dewey Monument» en HMdb.org y artículos enlazados de wikipedia.

SF revisited II: 28 días

Ese es el tiempo máximo que puedes quedarte en un hotel en San Francisco (partiendo de la base teórica de que pudieras pagar un hotel en San Francisco durante más de 28 días, ufff). Después de ese plazo, te tienes que cambiar de hotel. Hoteles de menos categoría te harán firmar un «check-out» y te cambiarán de habitación, aunque no es una práctica muy extendida.

La razón: a partir de 28 días de residencia adquieres derechos de inquilino que los hoteles no quieren darte, siendo el más importante el derecho municipal a alguiler controlado.

En nuestros primeros días en busca de casa bromeábamos diciendo que era una ley de la época de la fiebre del oro: tenías 28 días para hacer fortuna en San Francisco y comprar o alquilar una casa, de lo contrario de vuelta al hogar.

SF revisited I: La niebla de San Francisco y las sirenas

En San Francisco, la niebla es un personaje clave de la fisionomía de la ciudad. Le imprime un carácter romántico y le da una humedad característica que define sus plantas y sus parques. Pero la niebla dificulta la navegación en la bahía, ya peligrosa de por sí debio a su poca profundidad. Para ayudar a los barcos, y después de alguna que otra catástrofe, se instalaron dos sirenas: una en la torre sur del puente y otra a la mitad del puente.

La sirena de la torre sur era monofónica y la sirena de la mitad del puente era difónica. Los barcos que entran en la bahía lo tienen que hacer entre la sirena sur y la sirena del puente, mientras que los que salen de la bahía han de dejar la sirena del puente a su izquierda.

La leyenda popular asegura (sobre todo en los barrios acomodados), que las sirenas del puerto y del Golden Gate ya no son necesarias con las tecnologías actuales y que de hecho llegaron a apagarse (aunque nadie se acuerda especialemnte de cuándo). Pero los habitantes de la ciudad echaban de menos su ruido por las noches. Su peculiar timbre se había convertido en una de las señas de identidad de la ciudad y por petición popular, se volvieron a instaurar.

La verdad dista un poco de la creencia popular. Las sirenas, o «fog horns» como se las denomina en inglés, nunca se apagaron porque resultaran obsoletas. A finales de los ’70, la sirena del puente perdió una de sus voces y ya no existían recambios para arreglarla. Siguió haciendo su función a una sola voz hasta 1985, cuando el estado de deterioro de las sirenas obligó a instalar unas nuevas.

Las sirenas actuales (dos en el pilar sur y otra en el puente) son todas monofónicas, aunque se distinguen por su frecuencia y su tono. Dichos valores generalmente constan en planos marítimos y son fijados por el guardacostas. Actualmente las sirenas de la torre sur emiten un pulso cada 20 segundos, de forma sincronizada y la sirena del puente emite dos pulsos seguidos cada 40 segundos. Las sirenas siguen siendo necesarias hoy en día para entrar en la bahía.

Las sirenas sólo se encienden cuando hay niebla, lo que suele ser unas 2 horas y media al día de media; en marzo pueden funcionar una media hora, pero en la temporada de fuertes nieblas, de julio hasta octubre, se pueden oír durante más de 5 horas.

Desde «Pacific Heights», el barrio donde vivíamos, la panorámica de la entrada a la bahía y del puente era perfecta. Las noches de niebla, el sonido de las sirenas era punzante, pero a la vez reconfortante. Varias noches, las sirenas sonaron mientras nos dormíamos. Esa sensación de frío y de humedad pegada a los huesos y el bramido de las sirenas de fondo, es un recuerdo que no se olvida.

[Muchos datos de la página de la Autoridad del Puente Golden Gate, que incluye webcam en directo del puente y más curiosidades]

San Francisco revisited

Desde que volví de San Francisco, tengo unas cuantas entradas para las que nunca tengo tiempo y que se han debido de convertir en los borradores más vetustos de todas las instalaciones de WordPress dispersas por este planeta.

Como se podría decir:

Yo… he visto cosas que vosotros no creeríais… romper olas furiosas más allá de Alcatraz, he visto luces de Portland brillar en la oscuridad desde el Golden Gate.

Todos esos posts se perderán en el tiempo como maletas en el Prat.

Es hora de escribir.

He decido ponerme por fin con todas esas entradas. En lugar de esperar indefinidamente a tener las ganas (y el tiempo) de pulirlas como se merecen, buscar referencias y documentarlas, voy a escribir más o menos lo que tengo y ya me perdonaréis por las inexactitudes o errores. Publicaré una nueva entrada cada viernes hasta completar la serie.

Espero que os gusten.

Más fotos

Poco a poco me voy poniendo al día y ya tengo todas las fotos del viaje archivadas y ordenadas. Ayer dediqué unos minutos a subir unas cuantas fotos más a flickr.

Flickr 26-06-07

Como siempre podéis echar un vistazo en la página de flickr.

Spaniards

El viernes por la tarde recibí un mail de Javier, un español que había visto mi perfil en www.spaniards.es y que nos invitaba a una quedada que habían organizado. Sin otros planes mejores, decidimos presentarnos a ver qué tal iba.

Lo más difícil de una «cita a ciegas» es reconocer a los demás invitados. Si no hay ninguna contraseña (y en este caso no la había), se suele confiar en el efecto grupo: ver a un grupo de cierto tamaño esperando se suele traducir en haber encontrado a tu grupo. Pero hemos de tener en cuenta que se trataba de una quedada de españoles: nos pasamos una media hora larga esperando que alguien llegara e intentando pillar una palabra en castellano de los grupos que se formaban a nuestro alrededor. La labor no fue fácil, en parte porque habíamos quedado enfrente de una taquería mexicana.

Al final oímos un «hola» con acento andaluz que era una señal inequivoca de que el grupo a nuestro lado era parte de la quedada y nos acercamos a saludar.

La verdad es que nos lo pasamos genial. Conocimos a mucha gente e intercambiamos impresiones, españoladas y anécdotas. Acabamos comiendo en el «Picaro», en la calle 16, en el barrio de Mission, un bar de tapas donde nos quitamos el mono de bravas, croquetas, paella y sobre todo mucha mucha sangría. Fue muy divertido y por una noche fue como estar de nuevo en España. Eramos más de 15 personas y con muchas de ellas apenas hablamos; es lo que pasa siempre en un grupo tan grande. Pero seguro que habrá otras veces.

Ya hemos quedado para ver a Sara Baras el sábado 24 en Berkley e igual organizamos una fiesta de los Oscars en nuestra casa el 25.

En fin, como diría Bogart, «I think this is the beginning of a beautiful friendship».

Otra semana

Ya ha pasado otra semana. Esta semana he estado un poco más vaguete y no os he contado demasiadas cosas. También es que nos lo hemos tomado con más calma y la climatología empieza a imponer un ritmo más lento y más mojado.

Esta semana hemos andando mucho y hemos visto muchas cosas de la ciudad, entre ellas el discreto consulado español. También hemos hecho un par de viajes al Apple Store, de los que escribiré algo a lo largo del fin de semana.

Hoy hemos hecho un especial y estamos desayunando en un café en Fillmore St., con conexión a internet, café aceptable y música clásica. Y esta noche me encargaré de una cena «tipical espanish» para un grupo de amigos. Os contaré…

Más fotos

He subido otras 22 fotos al set de San Francisco. Ya van 61 fotos y por fin se ve el Golden Gate Bridge aparecer en alguna de ellas.

El Golden Gate Bridge, inaugurado en 1937 y obra del ingeniero Joseph Strauss, debe su particular color y sus aires de Art Deco al arquitecto Irving Morrow.

Comida

Antes de ayer fuimos a hacer nuestra primera compra. Nos llamó la atención lo caras que son algunas cosas básicas (arroz, pasta, por ejemplo) y también nos costó calcular el precio de todo por culpa del sistema de medidas imperial (i.e. Inglés). La carne de ternera es un poco más barata que la de pollo y en cuanto al pescado, todo está ya limpio y en filetes o lomos. No se ve ni una cabeza (ni siquiera las pobres gambas tienen cabeza…).

En cuanto a los precios, las cosas son más caras que en España. Por ejemplo:

  • 1 litro aceite de oliva vulgar: $8.99 (hay botellas de medio litro de Italia o España por entre 12 y 24 dólares)
  • 1 libra de arroz largo (~450 gr): $1.49
  • Cebollas: $0.99/lb. (~$2.20/kg)
  • Manzanas Granny: $1.49/lb. (~$3.30/kg)
  • Café soluble 7 Onzas (198gr): $6.65 *muy caro*

El tema café merece un post por sí mismo…

Si tenéis curiosidad por saber cuánto vale algo en particular, dejad un comentario e intentaré buscarlo para poner el precio.

Para que os hagáis una idea la compra nos salió por $93.86 y la misma compra en mercadona (hecha online lo más aproximado posible y tirando por lo alto) nos hubiera salido alrededor de 55 EUR , es decir, unos $70.

Eso sí, el cajero nos ofreció el servicio de minibus del supermercado e insistió en que no volvieramos andando a casa (unas 4 manzanas) o sea que volvimos en un minibus cortesía del supermercado! Eso mercadona no lo hace 😉

Mollie Stone's minibus

Mollie Stone’s minibus, by Reven.

ACTUALIZACIÓN: Hoy hemos estado en United Nations Plaza y hemos visto un mercado al aire libre! Los peces estaban enteros! Y los precios eran mucho más razonables. Nos han dicho que el mercado lo ponen los miércoles y los domingos y que los agricultores y pescadores llevan ellos mismos sus mercancías. La falta de intermediarios explica los precios bajos (muy baratos para el nivel de vida en la ciudad).

Por cierto, España entró a formar parte de las Naciones Unidas en 1955.