Spaniards

El viernes por la tarde recibí un mail de Javier, un español que había visto mi perfil en www.spaniards.es y que nos invitaba a una quedada que habían organizado. Sin otros planes mejores, decidimos presentarnos a ver qué tal iba.

Lo más difícil de una «cita a ciegas» es reconocer a los demás invitados. Si no hay ninguna contraseña (y en este caso no la había), se suele confiar en el efecto grupo: ver a un grupo de cierto tamaño esperando se suele traducir en haber encontrado a tu grupo. Pero hemos de tener en cuenta que se trataba de una quedada de españoles: nos pasamos una media hora larga esperando que alguien llegara e intentando pillar una palabra en castellano de los grupos que se formaban a nuestro alrededor. La labor no fue fácil, en parte porque habíamos quedado enfrente de una taquería mexicana.

Al final oímos un «hola» con acento andaluz que era una señal inequivoca de que el grupo a nuestro lado era parte de la quedada y nos acercamos a saludar.

La verdad es que nos lo pasamos genial. Conocimos a mucha gente e intercambiamos impresiones, españoladas y anécdotas. Acabamos comiendo en el «Picaro», en la calle 16, en el barrio de Mission, un bar de tapas donde nos quitamos el mono de bravas, croquetas, paella y sobre todo mucha mucha sangría. Fue muy divertido y por una noche fue como estar de nuevo en España. Eramos más de 15 personas y con muchas de ellas apenas hablamos; es lo que pasa siempre en un grupo tan grande. Pero seguro que habrá otras veces.

Ya hemos quedado para ver a Sara Baras el sábado 24 en Berkley e igual organizamos una fiesta de los Oscars en nuestra casa el 25.

En fin, como diría Bogart, «I think this is the beginning of a beautiful friendship».