Síndrome de Diógenes de las pestañas

Otro de los males de los que sufro últimamente es lo que algunos han venido a llamar «Síndrome de Diógenes de las pestañas».

Esta afección, que sufren muchas personas sin darse cuenta de ello, consiste en abrir una pestaña nueva para absolutamente todo, hasta llegar a tal número de pestañas abiertas que se desconoce el contenido de la mayoría de ellas. Esto a su vez agrava el problema, ya que el paciente empezará a abrir pestañas nuevas para cargar páginas que en realidad ya están cargadas en algún sitio.

Este círculo vicioso de acumulación de pestañas continúa hasta que Firefox (o el navegador de turno) se cuelga por culpa de flash o hasta una pantalla azul (según el usuario esté usando Mac o Windows, respectivamente).

Hay algunos tratamientos, pero no se vislumbra una cura inmediata. Algunos científicos expertos en el tema, aseguran que es necesaria una re-educación de pestañas para mitigar los efectos. Mientras, fuentes de la industria niegan la existencia de esta enfermedad y aseguran que los efectos negativos se pueden suplir con más memoria y pantallas de más pulgadas.

Yo una vez a la semana las cierro todas, como un ejercicio de nihilismo. Si una pestaña de un artículo de barrapunto llevaba 3 días ahí sin que lo leyera, lo más probable es que ya no sea relevante en este mundo cambiante. Y lo importante (como youtube), ya lo volveré a abrir…

Síndrome del viajero eterno

200m

Una de las cosas que más me cuesta explicar a alguien que siempre ha vivido en el mismo lugar, es la sensación de no pertenecer a ningún sitio. Es una especie de ansiedad, de no estar a gusto, de que falta algo… Yo lo llamo «síndrome del viajero eterno», porque una vez que picas ya no hay vuelta atrás, y me he cruzado con muy pocas personas que sepan a qué me refiero. Los expertos lo llaman «choque cultural reverso» (y tiene un cuadro de síntomas médicos que os ahorro).

En su forma más sencilla, sería algo tal que así: al irte de una ciudad, tu memoria de esa ciudad se fija en ese momento y permanece inalterada para siempre. En nuestro nuevo hogar, siempre echaremos de menos esa ciudad e incluso idealizamos ese recuerdo. La realización de que uno sufre el síndrome se produce al volver y es por eso que esta enfermedad es tan cruel; es entonces cuando nos damos cuenta que ese lugar idealizado en nuestra memoria ha seguido evolucionando sin nosotros y que ya no tenemos esa familiaridad que recordamos. El efecto es más fuerte cuanto más distintas sean las culturas entre sí y cuanto más tiempo haya pasado (por norma general).

Y así entras para siempre en una dinámica en la que nada es casa. Quieres vivir en una ciudad collage de recuerdos, experiencias y personas. Una mezcla de estilos, arquitecturas, gastronomías… Una ciudad mezcla de los recuerdos de todas las ciudades que has amado. Pero esa ciudad no existe. 🙁

Y el que no ha viajado más que de vacaciones no lo entiende. Y te dirá «No es para tanto». Y para él (o ella) casa siempre será un lugar concreto. Generalmente se entiende que tienes que vivir en otro lugar al menos un año para notar los efectos.

Hace poco leí un artículo en inglés cuyo título podríamos traducir por «Volver a casa tras vivir fuera» y que lo explicaba de maravilla. Una de las cosas que decía la autora, Corey Heller, es que tiene esa sensación de querer volver todo el rato, pero cuando vuelve en realidad está deseando irse de nuevo. Esto es algo que he sentido muchas veces, pero no había acabado de entender a qué se debía.

También explica que conocer otras culturas te cambia para siempre, y que a pesar de no encontrarte «en casa» en ningún sitio, es un sacrificio que se volvería a hacer dada la oportunidad.

Coincido con ella en que lo que pierdes en familiaridad de tu ciudad, lo ganas en familiaridad internacional; te conviertes en un animal de aeropuertos, y los check-ins y los controles de seguridad se convierten en algo trivial. Te conviertes en una persona más observadora y te resulta más fácil coger los principios básicos de la cultura en la que te encuentras y adaptarte a ellos.

Concluye que al final, uno debe dejar de preguntarse si se sentirá en casa algún día (o mejor dicho, en algún sitio) e intentar averiguar qué nos hace falta para sentirnos en casa ahora, donde estemos en este preciso momento.

Y los que sois un poco nómadas sabréis que al final hay esas pocas cosas, o esas pocas personas que serán «casa» para nosotros allá donde vayamos. Y algunos tendrán la suerte de que esas personas les acompañen y casa será cualquier lugar.

Petróleo en el Golfo versión cifras ridículas

Habéis notado que en los telediarios siempre dan las cifras de la forma más retorcida posible? Por ejemplo el campo de fútbol se ha convertido en una medida oficial de longitud. De forma similar, la piscina olímpica se ha convertido en una medida oficial de volumen.

Entiendo lo que intentan hacer los periodistas: intentan llegar a un público muy amplio y hay algunos números, que por desproporcionados o extraños, simplemente no somos capaz de imaginarnos. Pero creo que abusan un poco del tema.

Hoy he encontrado una historia donde alguien se ha tomado la molestia en calcular los kilómetros que alguien podría recorrer en un ciclomotor con el petróleo vertido en el Golfo de México. La respuesta: podríamos llegar a Urano!


© Imagen de Handshake

De dónde vienen las cifras? 35 millones de galones es el volumen del vertido hasta el 3 de Junio, de acuerdo a The New York Times. A partir de un barril se pueden producir 19,5 galones de gasolina, de acuerdo a la U.S. Energy Information Administration. Un ciclomotor hace unas 100 millas por galón, según Lazy Enviromentalist. Y la distancia de la Tierra a Urano es de unos 1,6 mil millones de millas (Windows to the Universe).

35 millones de galones dividido entre 42 galones que tiene un barril =  833.333 barriles.
833,333 barriles por 19.5 galones de gasolina por barril = 16.250.000 galones de gasolina.
16,250,000 galones por 100 millas por galón = 1.600.000.000 millas.

A raíz de esta noticia, se me ha ido un poco la pinza y me he puesto a calcular esta misma cifra (35 millones de galones) expresada en otras formas más popularmente asimilables. Así sé que esta cantidad equivale a:

488.197,9 campos de fútbol llenos de fans de los Chunguitos

Supongamos un campo de dimensiones 120m x 70m. Tendría una superficie de 8.400m2. Si suponemos que caben unas 3 personas por m2, eso hace unas 25.200 personas en un campo. Tenemos 35 millones de galones de petróleo, que ya hemos visto que nos darían unos 16.250.000 galones de gasolina, que son unos 61.512.940 litros (a razón de 3,78541178 litros por galón). Si cada una de esas personas tienen un zippo y suponemos unos 5ml de gasolina en cada uno [No he sido capaz de encontrar un volumen más exacto 🙁 ], podríamos llenar 12.302.588.020 zippos, lo que hace 488.197,9 campos de fútbol llenos de fans de los chunguitos.

52,92 piscinas olímpicas

Vale, esta es fácil. Pero es casi oficial. 35 millones de galones son unos 132.300.000 litros, que dividido entre los 2.500.000 litros que tiene como mínimo un apiscina olímpica nos da el número mágico.

Con el crudo se podría alumbrar durante 13,38 años a una ciudad de tamaño medio como Zaragoza.

Una de mis favoritas, propuesta por alguien en menéame en plan de coña, pero que me he tomado la molestia de calcular. Hemos dicho que los 35 millones de galones equivaldrían a unos x 16.250.000 galones de gasolina. La gasolina tiene un contenido energético de unos 36.6 kWh por Galón, lo que nos daría unos 594.750.000 kWh. El consumo de energía para alumbrar Zaragoza durante un año es de 44.460.000 kWh, de acuerdo a la web del ayuntamiento. Dividiendo ambos números se obtiene el número de años: 13,38.

A que ahora os hacéis mejor la idea? De nada…

Los mejores bolígrafos para la moleskine

Pilot G-Tec-C4

Siguiendo con mi particular obsesión, quería escribir sobre algo tan importante si cabe como la propia libreta: las herramientas que utilizas para escribir en ella.

El boli ideal para escribir en una moleskine, debe ser fino, con tinta de secado rápido (tipo gel, por ejemplo) y de escritura suave y fluida. ¿Realmente importa tanto el boli que uses? Sí cuando estás escribiendo en una hoja de sólo 9 x 14cm y estás apoyado sobre una pierna o una superficie irregular. No hay mucho sitio para poner la mano y generalmente intentas escribir a un tamaño más pequeño que el que utilizarías en un A4.

En principio, mi herramienta de escritura preferida es la pluma, una Parker de hace eones que pasó conmigo el instituto y gran parte de la facultad. Pero la pluma y la moleskine no se llevan bien del todo. La tinta se expande al escribir, resultando en trazos gruesos e irregulares y frecuentemente acabas haciendo algún borrón con la mano.

Para escribir en la moleskine a mi me gusta el Pilot G-Tec-C4. Tiene una punta de 0.4 que se traduce en un trazo de 0.2. No es muy difícil de encontrar en librerías normalitas. Escribe nítido, suave y seca rápido. Impecable escritura y duro de roer. Es ligero y lo hay en muchos colorines. Incluso puede defenderse en la tarea de hacer bocetos.

Hay un G-Tec-C de 0.25 si te gustan más finos. Es el boli de gel más fino que hace Pilot. También hay mucha gente que recomienda el Pilot G-2 de 0.5.

Otros juran que el mejor de todos es el Uni-ball Signo RT 0.38, aunque yo personalmente no lo he probado. Igual alguien me puede dar su opinión.

Y hace poco descubrí que Muji (tiendas sólo en Madrid y Barcelona, aunque se puede comprar online) hace unos bolígrafos excepcionales. Tiene versión de 0.38 y de 0.5. El tacto de estos bolis es absolutamente maravillo, de ese plástico sedoso. Son muy cómodos y los colores son geniales. Para escribir recomiendo los de 0.38, pero los de 0.5 se hacen en más colores. Es el segundo boli que más uso en la moleskine (y mi boli de cada día).

Bueno, elegid bien la herramienta. Aunque igual es la herramienta la que os elige a vosotros 😛

Ciencia, sociedad y modelo de trabajo. Una reflexión.

Me voy a tomar otro respiro del labo (laboratorio). Espero que este sea más corto que el anterior y que en nada esté de nuevo detrás de la poyata, de vuelta a la ciencia. Pero durante este tiempo (tiempo maravilloso y privilegiado, por otra parte, haciendo algo que me encanta), he visto y vivido algunas cosas que han cambiado mi percepción de la ciencia y mis objetivos en ella. Tendré que pensar mucho en mi futuro y quería compartir estas reflexiones.

La ciencia es sacrificada. La ciencia pública me refiero, aquella que llevan a cabo sociedades sin ánimo de lucro o entidades públicas, como por ejemplo universidades. Aquella ciencia en la que el objetivo no es conseguir algo que genere dinero, sino que se entiende que el conocimiento es un bien en sí mismo y que el avance no es monetario sino social. La paga no suele ser muy buena (en ocasiones es directamente ridícula), pero en todo caso es menor a la de la industria privada. Aunque se podría discutir si las empresas privadas hacen «I+D», que creo que hacen más D que I. Cuando hablo de esto con mis colegas, solemos coincidir en una frase: «No estamos en ciencia para hacernos ricos». Creo que eso es lo que mejor lo define. Los biólogos, bioquímicos, físicos, etc que se dedican a la investigación, tienen (tenemos) otro tipo de inquietudes que ponemos por delante del sueldo. Esto no quiere decir que seamos todos unos idealistas, o que seamos mejores personas que los abogados o los ingenieros; simplemente que sacrificamos algo de poder adquisitivo a cambio de sentirnos mejor con lo que hacemos (al final es una decisión personal).

Esta gente, los investigadores, muy frecuentemente trabaja en unas condiciones deplorables, tanto desde el punto de vista económico como desde el punto de vista profesional, y explicaré a continuación a lo que me refiero.

En lo económico, aparte del sueldo que ya he mencionado antes, las condiciones de un labo cualquiera son precarias. Los instrumentos y el mobiliario que hay en la mayoría de los laboratorios en los que he estado, son viejos. Olvidaros de los labos tipo «CSI». Los reactivos y consumibles que se necesitan para hacer experimentos están limitados y se hacen verdaderos milagros en los pequeños labos para que lo que se hace importe. Creo que en general, en España, no hay suficiente dinero para la ciencia. Esos labos que demuestran su inventiva y ambición por el mero hecho de seguir existiendo, serían capaces de taaaaanto con el apoyo adecuado. ¿Y en otros países? Pues aquí en UK hay de todo, pero en general las instituciones tienen muchísimo más dinero para investigación, y este dinero viene también por la vía privada, no solo la pública (como creo que sucede mayoritariamente en España, pero no quiero entrar en eso ahora mismo). Y eso se refleja en la cantidad de centros que están haciendo investigación rompedora.

La precariedad profesional es, en mi opinión, un problema mucho más grave. Aquí se pueden englobar muchísimas cosas. Hay muchos investigadores que no tienen puestos fijos, sino que sus contratos se van sucediendo en función de las becas o financiaciones que encuentran para sus proyectos. También contribuye a esa precariedad la actitud del gobierno y las políticas que gestionan los fondos, que muchas veces se rigen por las palabras de moda en lugar de hacerlo por una estrategia a largo plazo que trascienda siglas o ideas políticas (porque la política no debería interferir en la ciencia, no?). Y vergonzosa es la situación de los que quieren ser científicos cuando salen de la universidad, que la mayoría se acaban yendo fuera. Pero para mi el motivo principal de esa precariedad laboral es el ambiente de trabajo o el modelo de organización de muchos labos.

Muchos laboratorios se rigen por modelos anticuados de trabajo, donde lo que importa es el número de horas que pases en el labo, no lo que estés haciendo durante esas horas. En muchas instituciones se vive según el modelo de empresa «a la americana», pero radicalizado (y caduco), donde pasar 10 horas al día y trabajar fines de semana es la norma y se considera que no llegarás lejos en tu carrera si no lo haces. Donde si un experimento se extiende hasta las 9 de la noche, «es la ciencia» pero si entras a currar un poco mas tarde «no estás demostrando motivación». Es ese modelo que siguen muchas empresas españolas en que se prima al incompetente que necesita esas horas extras para acabar su tarea, pero que castiga a la gente que acaba la misma cantidad de trabajo a las 4 y tiene que esperar hasta una hora razonable para irse, que pasa navegando por tuenti o jugando a la granja de facebook, en vez de irse a casa a estar con sus hijos/parejas/mascotas. Es, desgraciadamente, ese ambiente de trabajo que prima a la gente sin vida, esa misma gente que al no tener nada más que su trabajo, son los que causan estrés, problemas, roces y para los cuales todo es personal.

Y digo que ese modelo de «empresa americana» es caduco porque hasta los propios americanos se han dado cuenta de que lo realmente importante es la productividad, no el número de horas. Y que los mejores empleados son los que están deseando irse a casa, porque esos serán más felices e intentarán hacer su trabajo bien para no tener que quedarse. También suelen ser los que mejor se gestionan el tiempo.

Para mi lo decepcionante del todo es lo que está detrás del escenario. Hay una gran distancia entre la percepción de la ciencia y lo que se ve «desde dentro». Las veces que investigadores publican auténtica bazofia solo por ser los primeros en publicar sobre un tema. La política que hay detrás del tema de las publicaciones y las revisiones es simplemente vergonzoso, rozando la corrupción. He visto a investigadores principales dar revisiones negativas a artículos de grupos rivales, cuando el trabajo era bueno. Les he visto defender ideas sin evidencia científica alguna, solo porque era lo que alguien políticamente cercano había postulado. He visto a jefes rechazar el trabajo de sus propios investigadores, aun respaldado por pruebas, pero que iba en contra de la «postura de la casa». No me esperaba ver estas cosas en el mundo científico.

Creo que todo el modelo de «Peer-review» (o Revisión por pares) por el que se rigen las publicaciones científicas (y el propio método científico) está roto por la necesidad de «medir» de algún modo la productividad de los grupos científicos. Como postuló Goodhart: una vez que mides algo, esa medición pierde información. En este caso, el uso de índices de impacto o relevancia está obsoleto porque el objetivo de la mayoría de los grupos ya no es producir buenos artículos, sino tener un índice de impacto elevado, lo que a su vez les facilitará conseguir fondos para seguir investigando, etc.

Creo que el futuro de la ciencia pasa por compartir abiertamente toda la información que se genera, no sólo la positiva, la conveniente o la que nos abra más puertas. Y creo que internet jugará un papel importante en esa revolución, permitiendo a toda la comunidad científica en su totalidad ser juez de los hallazgos que presentan otros grupos, y no una selecta oligarquía como hasta ahora. Para que eso pase, sin embargo, los gobiernos tienen que dar más dinero para la ciencia y lo tienen que hacer de forma abierta y con cabeza, no con el actual modelo de «concurso de popularidad»; tendríamos que priorizar los proyectos y las colaboraciones a nivel mundial. Cuando se compartan también los fracasos de las investigaciones, se ahorrará muchísimo dinero que se evapora en fracasos repetidos que se mantienen en secreto. Lamentablemente, no veo esta revolución demasiado cerca.

Y por todo lo anterior, yo necesito tomarme un respiro. Necesito descansar y replantearme mi futuro; decidir si quiero formar parte de eso que llamamos ciencia o si me veo con las fuerzas de intentar cambiarlo. Intentaré elegir mi próximo trabajo con el máximo escrutinio, porque sé que ahí fuera debe haber sitios donde se hagan bien las cosas.

Y entretanto, me encantaría oír opiniones de otros, científicos o no. Porque no quiero dejar de creer en la ciencia.

Más Moleskine

Moleskine

Ya os he hablado antes de las libretas moleskine. Desde entonces no he parado de comprarme moleskines; se ha convertido en una especie de adicción. Y he contagiado esa adicción a otras personas a mi alrededor, como a Meliuli. Me alegra mucho que la compañía detrás de la moleskine haya crecido tanto gracias a la popularidad creciente de las libretas. Debido a eso, no dejan de sacar nuevas versiones o variantes. ¡Y me encantan todas!

Familia de moleskines

Tenemos moleskines agenda (rojas), ciudad (de NY -lugar al que esperamos ir algún día- y Londres -donde vivimos-), varias de las clásicas negras y mi nueva estrella, mi moleskine de recetas. También tenemos alguna joya que no sale en la foto, como la Moleskine edición limitada Van Gough de tela amarilla que buscamos por medio mundo para Meliuli.

En fin, cada libreta es como una joya, que te recuerda un momento determinado, un lugar… Y cada vez que empiezo una siento la misma mezcla de nerviosismo y alegría. Las páginas en blanco son la mejor excusa para sentarse un momento a pensar y escribir algo.

Preparados para lo peor (LOST)


Preparativos para la finale de LOST

Prometo que no hay spoilers pero no te tortures más si no has visto la finale de LOST; ve a verla primero. (Puede que haya spoilers en las páginas a las que enlazo)

Vale. Pues he visto el final de Lost. Hace ya un par de días, pero no había sacado unos momentos para pasarme por aquí. En un primer momento me quedé con cara de Gilipollas. Para qué os voy a engañar. Los últimos 15 o 20 minutos fueron los más extraños; las cosas se sucedían bastante rápido y tenía esa sensación extraña de saber lo que iba a pasar sin llegar a comprender del todo cómo o por qué.

Cuando por fin pasó lo que tenía que pasar, no me encajó del todo porque seguía esperando otra cosa. Con esto no quiero decir que el final me decepcionara; al contrario, pero mi convicción de saber lo que iba a pasar era tan fuerte que me engañé a mí mismo…

Me parece un final soberbio. Muchos se han quejado de las cosas que quedan sin explicar, pero esas cosas no eran más que halcones malteses que empujaban la historia hacia adelante, que probaban (y torturaban) a los personajes para llevarlos a situaciones extremas (y muchas veces ilógicas) y conseguir sus reacciones más humanas (o animales, según el caso). A mi entender, esto se vislumbra en el final de forma brillante.

Lo que me ha parecido increíble es la reacción en otros blogs o en Twitter. Desde los que amenazaban con abandonar Twitter, hasta los que han aprovechad la ocasión para escribir verdaderas tesis doctorales, como pjorge. [Dios mío, este chico se ha convertido en un catedrático de Lost!!! Le han tumbado la página un poco…] Incluso algunos de los que están en mis feeds me ha sorprendido, como Ponzonha, que realmente debe de ser un fan increíble y ha sentido el final como algo propio. Todavía tengo muchos artículos marcados para leer con calma, de finales alternativos, explicaciones, teorías, polémicas…

¿Y sabéis qué? Que me encanta! Me encanta que la gente esté discutiendo sobre Lost, que tenga el mobiliario cerebral suficiente para pensar en estas cosas. Me encanta que se hable más de Lost que de Twilight y si nos tachan de frikis, bueno y qué? Me encanta que haya este tipo series en la tele (al lado de la bazofia de telebasura que se produce en España) y que la gente hable tanto de ellas. Me enorgullece haber visto esta serie. 🙂

Foros

Los foros, otro de esos grandes inventos de la humanidad que junto con la dinamita y el estampado de leopardo han hecho más daño que bien.

Todo empezó en la antigua Roma, donde el Foro (Forum) era un lugar de la ciudad designado para el comercio, las finanzas, la religión, la prostitución, etc. De esta forma los foros se convirtieron en el centro de actividad a nivel social y un foco importante de interacción entre personas.

Avancemos dos mil y pico años. Por extensión de aquella idea romana, se denomina «foro» a las página de Internet donde la gente inicia conversaciones, con un interés indagatorio variable, pero siempre con la misma dinámica (más o menos civilizada) de exposición, respuesta y réplica (repetir las veces necesarias). Pero esto es la teoría.

En la práctica, lamentablemente, la mayoría de los foros se han convertido en agrupaciones no oficiales de Hoygan o de individuos igualmente perturbados, que insultan a los otros participantes, que intentan imponer sus ideas, que no siguen unas normas básicas de civismo (Civis, otro término latino) y que piensan que poner un jpeg de 438Kb en su firma es una fantástica idea.

Estos mismos individuos, que demuestran un aceptable conocimiento del uso de Photoshop (o de Paint) para preparar composiciones de sus personajes favoritos del twailait (véase la de vampiros adolescentes) con su coche en primer plano y su perro en una esquinita, no son sin embargo lo suficientemente inteligentes para darse cuenta de que su imágen: a) es un atentado a la humanidad b) tarda horrores en cargar c) anula cualquier ápice de razón que pudieran tener d) da vergüenza ajena e) rompe la estructura de la página f) distrae del tema de la conversación y … Y podría seguir.

Uno pensaría que la culpa es de Photoshop, pero no. Los foreros que no tienen ningún tipo de habilidad con este programa son peores todavía porque se les ocurre la feliz idea de suplir su falta de talento con su falta de originalidad, e incluyen en su firma o en el contenido que escriben imágenes de otro, sin enlazar o mencionar de forma alguna la fuente de la que han sido cogidas. Lo que me recuerda la razón por la que escribo este post: Dejad de coger las imágenes de mi blog ya coño!!!!

Al parecer, el gen del hoyganismo (aun no identificado) debe estar relacionado con otros genes que regulan las funciones cognitivas superiores, en especial las del lenguaje, y hay investigadores que incluso postulan que los Hoygan no saben leer en realidad, que se limitan solo a copiar y pegar. Dichas teorías radicales se basan en el hecho de que los Hoygan usan un lenguaje abstracto desordenado y gramaticalmente desestructurado, así como el hecho de que no son capaces de entender los términos de una licencia Creative Commons, ni siquiera cuando ésta se describe informalmente (i.e. en cristiano) en un par de líneas.

En fin, otra dirección que poner en mi .htaccess de la muerte. Pero más sobre eso en otro momento…